Capítulo 1
Capítulo 1
El Canto de la Tórtola
La
Voz de la Tórtola: Una Señal de Primavera Espiritual
La tórtola, a menudo asociada con el
Espíritu Santo, simboliza la voz que la iglesia, como la novia de Cristo, debe
escuchar atentamente. Al igual que esta ave anuncia la llegada de la primavera
en Palestina, la voz del Espíritu Santo anuncia un tiempo de renovación,
avivamiento y la inminente llegada del Señor.
Nuestra alma, mente y emociones,
transformadas por la cruz, deben unificarse en Cristo. Solo así podremos
colaborar con el propósito eterno de Dios: reunir todas las cosas en Él.
Este es el gran avivamiento, la "última milla" que la iglesia debe
recorrer antes del regreso del Amado. Para participar en este propósito, es
crucial que escuchemos la voz de la tórtola, apagando todas las demás
distracciones para centrarnos en Su mensaje.
El
Canto del Espíritu Santo
El canto de la tórtola es como un
arrullo, una voz suave pero clara que nos habla de la llegada de nuevos
tiempos. Jeremías 8:7 nos recuerda que incluso estas aves conocen el tiempo de
su migración, mientras que el pueblo de Dios a menudo lo olvida. La tórtola
común, que anunciaba la primavera en Palestina, nos enseña la importancia de
ser sensibles a los tiempos de Dios.
Una de las evidencias de que la
novia está preparada es que ha aprendido a escuchar al Espíritu Santo. Este es
el tiempo de la canción, una señal de que el propósito de Dios está presente.
Simeón,
Ana y la Preparación de la Novia
La historia de Simeón y Ana
en el templo es un ejemplo poderoso de cómo escuchar la voz del Espíritu Santo.
Lucas 2 narra cómo estos devotos, que esperaban con anhelo al Mesías, fueron
guiados por el Espíritu.
Simeón, a quien el Espíritu le había
revelado que no moriría sin ver al Salvador, estaba en el lugar correcto y en
el momento preciso. Cuando María y José llegaron con el bebé Jesús, pudo
reconocer el cumplimiento de la promesa. Su alabanza fue un testimonio de haber
escuchado el "arrullo" del Espíritu.
De manera similar, Ana, una
profetisa que servía a Dios día y noche, llegó en el momento exacto. Ella
también alabó a Dios y habló del niño a todos los que esperaban la redención.
Estos siervos de Dios son un modelo
para nosotros. Eran personas que, al igual que la tórtola, estaban atentas a
los tiempos. Escucharon la voz de Dios y supieron discernir el cumplimiento de
Su plan.
Un
llamado para Venezuela
Dios busca levantar a hombres y
mujeres en Venezuela que, como Simeón y Ana, estén enamorados de Él y sean
sensibles a Su voz. Personas que, en medio de la adoración, reconozcan que ha
llegado el tiempo de que Su pueblo cante y camine en las primicias de este
avivamiento.
No olvides la congregación de los
afligidos, dice el Salmo 74:19-20a. Dios tiene un pacto con Su pueblo y
levantará a quienes tengan la madurez para ser portadores de Su avivamiento, no
solo para recibirlo, sino para llevarlo a todas las naciones. ¿Estamos, como
iglesia, escuchando el canto de la tórtola?
Pregunta para reflexionar: ¿Cómo podemos, de forma práctica, aprender a ser más
sensibles a la voz del Espíritu Santo en nuestro día a día?
Poema El Canto de la Tórtola Venezolana
Venezuela:
Un Diseño Hecho Canción
Una historia nueva, tejida con anhelo,
desde el corazón de una doncella
que busca al Amado de su alma.
Ella, a veces paloma asustada,
hoy cautiva al Maestro con su dulce voz.
Es la mujer forjada en el silencio,
en la presión profunda del secreto.
Como joya preciosa, espera ser hallada
en la montaña más alta.
Será descubierta por mineros valientes,
para adornar la
corona de Reyes poderosos.
Es el canto, es el arrullo de la tórtola ancestral,
sacrificada para adorar al Padre
Celestial.
Son esos Reyes, hijos del Rey eterno,
quienes gobiernan las naciones.
Redimidos por la sangre del Caballero de la Cruz,
Él produjo melodías angélicas al entrar al Cielo,
rugiendo como
un León.
Es el canto, es el arrullo de la tórtola ancestral,
sacrificada para adorar al Padre
Celestial.
Es Venezuela, joya en el centro de la tierra,
dispuesta a ser usada.
Aprendió a oír el suspiro del Padre,
viendo su propio sufrimiento.
Aprendió a ver oyendo, oliendo, palpando,
en la oscuridad de su proceso.
Escuchó los clamores que subían al Trono,
de santos que hicieron visible al Invisible
con una intervención divina.
Cuando las escamas de sus ojos cayeron,
cual gacela fue enviada a los confines.
Cumple la gran comisión, resistiendo con fe
la certeza que solo lo verdadero puede dar.
Es el canto, es el arrullo de la tórtola ancestral,
sacrificada para adorar al Padre
Celestial.
Una canción que huele a primicias,
a las primeras gotas de un avivamiento,
como lluvia en la tierra del verano.
Una nación que conoce el desierto pasajero,
aprendiendo a respirar en la sequedad espiritual.
Su canto, tal vez al ritmo del turpial,
decorado con los matices de la orquídea,
entiende por fin al Hombre en la cruz,
levantado al tercer día,
resucitado.
Es el canto, es el arrullo de la tórtola ancestral,
sacrificada para adorar al Padre
Celestial.
"David y los comandantes del ejército designaron hombres de las familias de Asaf, de Hemán y de Jedutún para proclamar los mensajes de Dios acompañados de liras, arpas y címbalos. La siguiente es una lista de sus nombres y sus responsabilidades: De los hijos de Asaf estaban Zacur, José, Netanías y Asarela. Ellos trabajaban bajo la dirección de su padre, Asaf, quien proclamaba los mensajes de Dios por orden del rey. De los hijos de Jedutún estaban Gedalías, Zeri, Jesaías, Simei, Hasabías y Matatías, seis en total. Ellos trabajaban bajo la dirección de su padre, Jedutún, quien proclamaba los mensajes de Dios al son de la lira dando gracias y alabando al Señor . De los hijos de Hemán estaban Buquías, Matanías, Uziel, Subael, Jerimot, Hananías, Hananí, Eliata, Gidalti, Romanti-ezer, Josbecasa, Maloti, Hotir y Mahaziot. Todos estos fueron hijos de Hemán, el vidente del rey, pues Dios lo había honrado con catorce hijos y tres hijas. Todos estos hombres estaban bajo la dirección de su padre mientras tocaban música en la casa del Señor . Entre sus responsabilidades estaba tocar címbalos, arpas y liras en la casa de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán dependían directamente del rey. Todos ellos junto con sus familias estaban capacitados para tocar música delante del Señor , y todos —doscientos ochenta y ocho en total— eran músicos por excelencia. Los músicos se designaban para los turnos de servicio mediante el sorteo sagrado sin tomar en cuenta si eran jóvenes o ancianos, maestros o discípulos."
1 Crónicas 25:1-8 NTV


Es un canto poético de anhelo y gratitud por aquel que nos llama su luz admirable.
ResponderBorrarEn realidad se percibe la fé grande de una nación que busca la presencia de Dios.
Y que trata de plasmar su búsqueda hacia su creador con su espíritu santo que es representado por la tórtola.
Yo como hija de Dios como peruana bendigo la tierra hermana de Venezuela y mis oraciones para que puedan ser libres en opinión y decisión 🙌
Que maravillo es Dios, que nos da esa oportunidad de glorificar su nombre en la alabanza, porque el habita donde se le adore, que el señor nos de esa Madurez para escuchar su llamado y nunca nos apartemos de su presencia, Gloria a Dios. Hermoso capítulo 1
ResponderBorrarHermoso ese capítulo 1 que nos enseña como debemos alabar a Dios y glorificarse en el pero me encantó está parte donde dice rugiendo como un León.
ResponderBorrarEs el canto, es el arrullo de la tórtola
El Canto del Espíritu Santo
ResponderBorrarEl canto de la tórtola es como un arrullo, una voz suave pero clara que nos habla de la llegada de nuevos tiempos. Jeremías 8:7 nos recuerda que incluso estas aves conocen el tiempo de su migración, mientras que el pueblo de Dios a menudo lo olvida. La tórtola común, que anunciaba la primavera en Palestina, nos enseña la importancia de ser sensibles a los tiempos de Dios.
El espíritu santo es maravilloso al permitirnos casa dia adorarle en espíritu y en verdad, solo teniendo un corazón rendido a sus pies podemos tener una adoración genuina